viernes, 1 de junio de 2012

El castigo por ser mujer

La ablación del clítoris es una de las prácticas más salvajes y extendidas que se siguen practicando en la actualidad contra las mujeres, predominantemente en África y Oriente Medio. 28 países africanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mantienen, y esto supone más de la mitad del continente, compuesto por 53 estados. Las estadísticas más escalofriantes pertenecen a Somalia (con un 97,9% de mujeres afectadas), Egipto (95,8%), Guinea (95,6%), Sierra Leona (94%), Yibuti (93,1%), Mali (91,6%), Sudán (90%) y Eritrea (88,7%).
  No solo en África, también podemos mencionar a países como Emiratos Árabes Unidos, Israel, Iraq, India, Indonesia o Malasia que la llevan a cabo. 
 La ablación, que está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos que no proporciona ningún beneficio para la salud, dejó el año pasado 79.105.692 mujeres afectadas de entre 15 y 49 años en África, y unos 12,4 millones de niñas de entre 10 y 14 años.
  Se supone que se originó en Egipto, y de ahí se extendió por el continente africano, y su única finalidad es evitar que la mujer sienta placer sexual para que así llegue virgen al matrimonio y sea fiel una vez casada. El placer sexual femenino es considerado algo impuro y, como tal, es extirpado, aún a pesar de que el Islam no defiende esta práctica.
  Existen varios tipos de ella: en la "circuncisión" se extirpa el clítoris en parte o en su totalidad. Aquí cabe señalar que, a pesar del nombre, la ablación es más invasiva físicamente que la circunsición, disminuye o anula la capacidad de sentir placer sexual y entraña un riesgo mucho mayor. Otra forma es la escisión total o parcial del prepucio del clítoris y los labios menores, con lo que se conservan los labios mayores. La última, la infibulación, consiste en la extirpación del clítoris y de los labios mayores y menores. Luego, la vulva se cose dejado una abertura muy pequeña para la orina y la menstruación. A veces, esta abertura es tan pequeña que los maridos, en la noche de boda, rajan a las mujeres con un cuchillo antes de penetrarlas.
  Esto siempre es llevado a cabo por mujeres, sin la presencia de los hombres, y en unas condiciones higiénicas que dejan mucho que desear. En ocasiones, el instrumento utilizado es simplemente una navaja o cuchilla sin esterilizar; la mujer que lo lleva a cabo, una anciana experimentada en la práctica pero sin ningún tipo de conocimiento médico y el lugar, la casa de la niña o un sitio apartado donde no se puedan escuchar sus gritos. Como cabe suponer, no es raro que una niña muera tras la ablación, desangrada o bien a causa de una infección adquirida por la cuchilla o las condiciones antihigiénicas del lugar.
  Waris Dirie fue una de las primeras mujeres en denunciar la extirpación del clítoris (de la que había sido víctima) ante el mundo occidental, consiguiendo la condena internacional hacia esta tortura camuflada de tradición. Desde entonces, algunos países han prohibido que la ablación se lleve a cabo, si bien hay muchas familias rurales que la siguen haciendo en secreto, como es el caso de los beduinos de Rahat, en el sur de Israel, donde las declaraciones desaprobatorias de los órganos internacionales tienen poco peso.
  Es triste e indignante que, mientras una parte del mundo está tan desarrollada, en otra haya tal cantidad de mujeres y niñas que sufren este tipo de castigo diariamente solo por el hecho de no ser varones. Hace pensar en lo necesaria e indispensable que es la educación para poder vivir.
 
 




 http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/29/orienteproximo/1217289407.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Ablaci%C3%B3n_de_cl%C3%ADtoris

http://vientodelsur.wordpress.com/2007/12/20/sobre-la-ablacion-del-clitoris/

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2009/02/06/actualidad/1233874803_850215.html

http://www.europapress.es/cultura/cine-00128/noticia-waris-dirie-nina-vi-no-respeto-mujeres-decidi-tener-otra-vida-20100310172000.html


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